Caravaca de la Cruz, Ciudad Santa, llena de milagros y también de leyendas. Una de ellas la ha convertido, precisamente, en un destino mundial de peregrinación, pues se dice que dos ángeles depositaron en el santuario el "lignum crucis" y que a día de hoy aún se conserva una de las astillas de la cruz donde se crucificó a Jesucristo.
Ubicada entre Murcia y Granada, Caravaca de la Cruz es también una ciudad de grandes hitos históricos, como es el que alude a la construcción del principal monumento del noroeste de la Región: el Santuario de la Vera Cruz.
Si ya has visitado ciudades como Roma o Santiago de Compostela, Caravaca de la Cruz es junto a ellas, Jerusalén y Santo Toribio de Liébana, una a las que también deberías acercarte. ¿Por qué? Porque es una ciudad santa reconocida por el Papa Juan Pablo II. De hecho, es la quinta del mundo en haber obtenido el jubileo perpetuo.
GASTRONOMÍA
Si hay algo que también te sorprenderá al visitar Caravaca es su rica gastronomía. Durante la peregrinación seguro que harás algo de apetito para degustar los productos más típicos de la zona. Gracias al aislamiento de la comarca y a la ausencia de contaminación, Caravaca ha logrado perdurar alimentos de gran calidad.
Dicen que las migas son un plato estupendo para los días grises, pero lo cierto es que en la urbe saben bien cualquier día. Allí son típicas las que se elaboran con harina y van acompañadas por embutidos de la zona.
Después de una larga jornada siempre apetece un plato de cuchara. ¿Qué nos dices del potaje? De calabaza, espinacas, acelgas, apio, de collejas¿ pide el que quieras, la variedad es enorme y en los bares y mesones sorprenden siempre a los turistas con una amplia carta. Y si no te apetece un portaje, tal vez quieras probar el arroz empedrao, también contundente, pues se elabora con alubias y bacalao.
Para aligerar la comida, lo mejor es tomarse una ensalada. La más común en Caravaca es la denominada Pipirrana. Se elabora con bacalao seco, olivas negras y cebolla.
De postre, no olvides probar las yemas o los alfajores, ambos de reminiscencias árabes. Si es que Caravaca, se mire por donde se mire, es una ciudad donde está permitido empaparse y "degustar" la historia.