La parroquia de San Miguel se quedó pequeña en el siglo XVI. El aumento poblacional fue tal que el Concejo tuvo que ampliarla. Para ello tuvieron que escoger una nueva ubicación con un terreno menos irregular del actual. Dos siglos se tardó en edificar la iglesia, situada en la plaza del Ayuntamiento.
Su construcción sufrió distintos avatares, entre ellos la escasez, la depresión y las epidemias que azotarán la villa durante toda la centuria del XVII, que obligaron obligan a aminorar la marcha de las obras e incluso paralizarlas.
No fue hasta principios del siglo XVIII hasta que no se consiguen los recursos necesarios para concluir el templo. En él se diferencian las dos etapas constructivas de la iglesia, por ejemplo la llamativa portada lateral contrasta con la portada principal, mucho más sencilla y además inacabada. Varias gárgolas asoman en los aleros del tejado de la parte más antigua de la iglesia.
Dentro del ajuar de la Parroquia de San Miguel es destaca su amplia colección pictórica caracterizada por su gran variedad temática, por la amplia cronología que abarca y sobre todo por la gran calidad de un buen número de estas pinturas. Donación todas ellas de la familia de la Canal-Blaya.
OBSERVACIONES
En su interior podemos ver la cripta de los Marqueses de Los Vélez.