LORQUÍ

Situado sobre un promontorio desde el que se divisa el panorama de la vega, se haya el núcleo urbano, formado por calles estrechas de trazado morisco

En Lorquí el río Segura se abre paso entre cañaverales, dando verdor a los extensos huertos y contrastando con los montes blanquecinos que se hallan próximos a esta localidad. Situado sobre un promontorio desde el que se divisa el panorama de la vega, se encuentra el núcleo urbano, formado por calles estrechas de trazado morisco.
Según algunas fuentes, en esta zona pudo situarse la llorci ibérica, donde tuvo lugar en el siglo III a.C. una batalla entre cartagineses y romanos, donde estos últimos, con el general Escipión al mando, se autoinmolaron en una hoguera tras la derrota. Aún hoy uno de los cerros lleva el nombre de este militar.

Lorquí también fue tierra habitada por los árabes, que la llamaron Lorca Chica. La agricultura ha sido desde siempre el motor económico de la zona, habiendo heredado de esta época los sistemas hidráulicos para llevar el agua a los cultivos situados en territorios más altos. Posteriormente esta población perteneció al adelantado Juan Manuel y después a la Orden de Santiago. La expulsión de los últimos moriscos del Valle de Ricote en el siglo XVII, obligó a repoblar el territorio con agricultores aragoneses y castellanos. La desaparición de los señoríos favoreció la independencia de Lorquí
El turista que visite esta localidad debe hacer una parada en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, edificada por Gilabert en s. XVIII. Dentro se guarda un cáliz de plata repujado del s. XVIII y una talla de San José atribuida a Salzillo. Otra visita obligada es la noria del Rapao, construida en el siglo XVIII. Declarada monumento de Interés Artístico Nacional, es de gran tamaño, ya que se construyó para regar más de trescientas tahúllas. En su estructura de hierro, se cuentan 112 cangilones y 156 paletas.
Otro motivo para acercarse a Lorquí son sus fiestas. Las patronales se celebran el 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol y durante las mismas se celebran corridas de toros, concurso de fotografía, pasacalles, y una curiosa 'marranada' consistente en coger a un cerdo en un recinto cubierto de barro, además de otros actos. Otra fecha muy típica es el día de San Antón, 17 de enero, en que tiene lugar la 'Jira', o salida al campo para merendar, con motivo del retorno de algunos jubilados que emigraron a Francia y Alemania.

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