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Fiestas de Caravaca

Del 1 al 5 de mayo

 

Caravaca de la Cruz desfila y galopa, y lo hace del 1 al 5 de mayo celebrando una de las fiestas más espectaculares del calendario, las de la Santísima y Vera Cruz. Su declaración de Interés Turístico Internacional está más que justificada. Son cinco días de diversión ininterrumpida en los que la localidad se desborda de vitalidad, visitantes y ganas de pasarlo bien. Las luchas entre moros y cristianos, las escaramuzas fronterizas con el Reino Nazarí de Granada y la gesta de un grupo de caballeros templarios son el guión de estos festejos.

pdf Programa Fiestas de la Santísima y Vera Cruz 2019

FIESTAS DE CARAVACA DE LA CRUZ

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LOS CABALLOS DEL VINO

El 30 de abril arrancan las fiestas con la Noche de las Migas. Las calles hierven con charangas, batucadas y con el colorido de las peñas migueras, que se reúnen en la Plaza del Hoyo elegir las mejores. El 1 de mayo se celebran actos tan populares como la Ofrenda de Flores, el Concurso de Caballos a Pelo y la Exposición de Mantos, auténticas obras de arte tejidas con seda e hilos de plata y oro, con las que se engalanan los caballos al día siguiente.

En la mañana del 2 de mayo se celebran los Caballos del Vino, el día grande de las fiestas. Los únicos requisitos para no desentonar son ponerse un pañuelo rojo al cuello, llevar una camisa blanca y mentalizarse de que se va a asistir a una de las fiestas más atronadoras de España.

Cientos de miles de personas se reúnen para vivir en directo la mítica carrera. Todo sucede en un abrir y cerrar de ojos. Cuatro mozos corren junto a cada caballo en una intensa galopada que termina en la explanada del Castillo y en la que se rememora un hecho increíble que ocurrió hace 700 años. Cuenta la leyenda que en ese tiempo los musulmanes tenían sitiado el castillo de la ciudad santa. Entonces, un grupo de templarios consiguió romper el cerco, introducir con sus caballos alforjas repletas de vino y salvar al pueblo de morir por el agua envenenada con la que los enemigos habían contaminado los aljibes.

MOROS Y CRISTIANOS

Las fiestas de Moros y Cristianos de Caravaca son la rememoración de las luchas e incursiones que sufrió este territorio durante la Baja Edad Media. A diferencia de otras localidades, además de los clásicos desfiles de kábilas y grupos cristianos, el espectáculo incluye representaciones históricas como simulacros de batallas y capturas de bandera.

El 3 de mayo no puedes perderte la procesión que va por las calles del casco antiguo desde la Iglesia del Salvador hasta el Templete. Es uno de los momentos más bonitos de estas fiestas, así como el Parlamento entre los reyes moro y cristiano y el Baño de la Cruz en el Templete, un acto multitudinario y de mucha devoción.

El 4 de mayo tiene lugar el Gran Desfile, en el que moros y cristianos lucen sus mejores galas levantando al público de sus tribunas a ritmo de marchas moras y cristianas. El 5 de mayo la Procesión de Subida de la Sagrada Reliquia a la Basílica Santuario pone el mejor colofón posible a las fiestas.


Cosas que no olvidarás

Una de las cosas más especiales es despertar el 2 de mayo a las siete de la mañana con el repique de campanas y la fuerte tronería, y escuchar ya en la calle los cascabeles de los caballos al galope. Este día, mires donde mires, lo verás todo de color blanco y rojo.

Algo único de estas fiestas es la cantidad de ambientes distintos que se despliegan según el acto y la hora del día. No parece la misma ciudad por la mañana que cuando cae la tarde, aunque eso sí, tanto la espectacularidad como la hospitalidad de los caravaqueños está asegurada en todo momento.

La convivencia entre las peñas caballistas y sus charangas y las kábilas moras y grupos cristianos, que toman las calles dispuestos a guerrear, a sacar sus espadas y mandobles y a ganar posiciones alrededor de sus reyes y sultanes.

El sabor de las migas ruleras, la tarter o postres como el alfajor o las famosísimas yemas, exquisiteces elaboradas a base de yema de huevo y azúcar, recubiertos de caramelo o chocolate. Para terminar con una buena digestión, es tradición probar las bebidas de elaboración casera, como la mistela y el licor café.

 
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