La Casa de la Tercia se localiza en la calle Mayor. Esta edificación está relacionada con la conservación, control, depósito y guarda del cereal. También aquí se centralizaba el cobro de impuestos a los pobladores, una de sus más importantes funciones, además de garantizar la reserva en épocas de escasez. La función de recogida de los diezmos (la contribución de los habitantes) y su conversión en tercios ( 1/3 para la Orden, 1/3 para el Rey y 1/3 para la Iglesia), hizo que la construcción fuera conocida como la casa de la Tercia. Su ubicación en el centro de la Villa simbolizaba el poder de sus moradores.
Este tipo de casas se instituyen tras la Reconquista en los territorios de jurisdicción señorial y de las Órdenes religiosas. Cuando los señores eclesiásticos y nobles fueron perdiendo capacidad de gobierno, relevados por los concejos, pasarían a llamarse “Pósito Municipal”. Además de éste, había otros pósitos, que guardaban grano para ser distribuido entre los pobres, los llamados Pósitos Píos.
Se convirtió posteriormente en el edificio de la Encomienda de Santiago, construido éste en 1802, siendo comendador de la Orden Don Francisco de Borbón. Dirigió las obras el arquitecto Jerónimo Martínez Brucero de Lara. El inmueble, de estilo barroco murciano, se divide en dos plantas, con un ático de seis ósculos mixtiforme y teas a cada lado del escudo de la Orden de Santiago que hay sobre el dintel de la puerta de acceso. Esta nueva edificación sustituiría a las viejas casas de la Tercia situadas en el interior de la villa medieval, muy próximas a ésta.
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No visitable.