Por el término municipal de Cieza discurrían cuatro grandes acequias: El Horno y Los Charcos por la margen izquierda del Río Segura y Don Gonzalo y La Andelma por su margen derecha. De los más de ochenta kilómetros de acequias de origen árabe o romano que regaban la huerta ciezana, hoy día apenas quedan dos kilómetros que conservan su estructura tradicional de barro. Es el tramo final de la acequia de la Andelma, canal de origen árabe y cuyo nombre significa "fuente del agua". Discurre junto al río detrás del Museo Molino de Teodoro, antiguo molino harinero alimentado por el agua que provenía de esta. Desde aquí se abría un portillo que iba a llenar el acueducto que desembocaba en el pozo del molino y que le daba la fuerza suficiente para poder llevar a cabo el proceso de molienda de la aceituna. Su valor histórico, arqueológico y etnográfico es indudable y constituye un auténtico corredor natural de gran valor ecológico. En los tramos que todavía se conservan no entubados, podemos encontrar una importante vegetación típica de zonas húmedas como hiedras, zarzaparrillas, olmos o culantrillo.