Casa Grande Bien de Interés Cultural, se construyó en el siglo XV ante la necesidad para la Orden de San Juan de tener un espacio de almacenamiento y administración de los diezmos siendo la Orden, el primer propietario de la Casa de la Tercia como así se la denominaba. Posteriormente y tras la desamortización la casa es vendida a la familia de los Llamas y es en este siglo cuando la construcción se adaptará como vivienda y tendrá su momento der mayor esplendor. A principios del S. XIX el edificio del ayuntamiento que había sido creado para tal menester quedó reducido a cenizas por una gran explosión, será la familia Llamas la que permita que se trasladen a Casa Grande las reuniones del Concejo y se ubicara allí el Arca con las tres llaves donde se guardaban los pocos documentos que podrían haber quedado y los futuros que se irían archivando. En 1836 la casa se divide por motivos de herencia. Por ello el Ayuntamiento pasa a arrendar otros edificios, hasta que se construye una casa de estilo moderno en la Calle Mayor la que será ayuntamiento. El ayuntamiento adquiere la Casa Grande la cual era por entonces propiedad del Barón de Bellpuig, D. Antonio de Bustos hasta que de nuevo, a finales del s. XX, se hace una nueva remodelación y restauración de la Casa Grande y se traslada el Ayuntamiento, dejando el antiguo como Archivo Municipal. Cuando se casaban vecinos de Archena que no contaban con ningún patrimonio, acudían a los hermanos Bustos y Ruiz de Arana que les cedían siempre un terreno para cultivar en concepto de aparcería; con el tiempo podían acceder a la propiedad estipulando unas buenas condiciones de pago que no incluían intereses. El Barón de Bellpuig, fue el último en hacer estas escrituras respetando los precios estipulados 30 ó 40 años antes. Esta familia es en buena parte responsable de que la propiedad de a tierra, esté en Archena tan repartida.
Se encuentra próxima a la Iglesia y se construyó en el siglo XV, como Casa de la Tercia y almacén de grano. Posteriormente, la Orden de San Juan se la vendió a la familia Llamas, que en el siglo XVIII empezó a utilizarla como residencia, siendo reestructurada en el siglo XIX, cuando se le añadió el balcón corrido de la fachada principal. Cada uno de sus cuatro frentes de fachada es diferente, respetándose sólo la simetría de los vanos. El edificio, recientemente rehabilitado como Casa Consistorial, destaca por su bonito alero y el forjado de sus ventanas. El horario y sus dependencias están dedicados a la administración de la Villa. Mediante un puente artificial con grandes cristaleras se une a otras dependencias municipales de un edificio moderno, que está situado justo al lado de la Casa Grande.
OBSERVACIONES
La parte interesante a visitar, son los exteriores, ya que el interior se ha modificado para despachos y oficinas.