Solariega casa del siglo XVII, en la se alojaba el Comendador de la Orden de Calatrava quien administraba los impuestos cobrados a la población en la casa de La Encomienda. Posteriormente, con las siguientes desamortizaciones acaecidas en la época, fue pasando a manos privadas hasta nuestros días.
En su espléndida fachada destaca, en riquísimo estilo barroco, el escudo de armas de los Cabrera (de ahí el nombre) y una pequeña imagen de la Virgen de las Angustias.
Originariamente ocupó toda la manzana, unos 1800 m de los 600 actuales, tras sus muros se albergaban huertos, capillas e incluso algunos enterramientos y escondites muy bien disimulados así como un pasadizo que comunicaba con la iglesia.
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Al ser una vivienda particular, no es posible su visita interior.