Fue inaugurado en 2011 y según los autores del proyecto, Javier Martínez y su equipo, se trata de un edificio en el que el vacío es el protagonista. El espacio “no ocupado” da lugar a una gran plaza, conformada por el Centro de Día y este edificio, en la que el blanco es el protagonista indiscutible.

Desde la plaza se accede de forma fácil por una gran apertura que, a través del vidrio, invita a entrar al hall. El pavimento de la calle penetra en el vestíbulo de acceso y en los patios, como una extensión de la plaza hasta llegar al Salón de Plenos.

Una vez dentro, las dobles alturas del vestíbulo y su iluminación natural generan una sensación de transparencia y verticalidad que comunican espacialmente las plantas del consistorio. Esto contribuye a que sea muy fácil la orientación.

Destaca la utilidad de la fachada principal, convirtiéndose en una gran pantalla donde se proyectan películas.