Espacios Abiertos e Islas del Mar Menor
Cartagena, Los Alcázares, San Javier
El Mar Menor atesora paisajes de gran variedad y riqueza natural y cultural, entre los que se incluyen lugares tan diversos como los Cabezos de San Ginés y El Sabinar, las playas de La Hita y Las Amoladeras, la Marina y Cabezo de El Carmolí, el Saladar de Lo Poyo, las Salinas de Marchamalo y las Islas del Mar Menor (Mayor o del Barón, Perdiguera, Redonda, del Ciervo y del Sujeto).
Todos estos espacios están protegidos por su geología, su fauna y su flora, que junto con sus valores paisajísticos hacen de este conjunto de ecosistemas un lugar único y muy sensible a la intervención humana.
Más información:
www.murcianatural.carm.es y www.canalmarmenor.es
Puntos de Información y Divulgación Ambiental: 968 228 937 - 968 228 925
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FLORA
La flora varía entre los diferentes lugares, ya que cerca del mar podemos encontrar vegetación adaptada a estas condiciones, con plantas como la salicornia, el taray y el carrizo. También encontramos palmitares y zonas de monte bajo con azufaifos, albardín, coscojas y cornical entre otros. Destaca la presencia de del ciprés de Cartagena, una joya única en Europa.
FAUNA
Entre la fauna destaca el fartet un pequeño pez endémico de la península ibérica y que se encuentra en peligro de extinción. En estos espacios podemos ver gran cantidad de aves acuáticas, como son el flamenco, el chorlitejo patinegro, la cigüeñuela, garzas y garcetas, diferentes tipos de gaviotas como la gaviota picofina y golondrinas de mar, como charranes y charrancitos que aprovechan estos refugios en sus viajes migratorios para criar y descansar.
USOS
Los usos que el hombre ha dado a estos enclaves son también muy variados encontrándonos desde playas salvajes como La Playa de La Hita, salinas en las que se ha abandonado su explotación como Las Salinas de Marchamalo o marinas como la del Carmolí donde se reconoce el pasado minero de esta zona. Los cabezos como el de San Ginés han tenido uso humano desde tiempos inmemoriales; tanto minero como de carácter sagrado o religioso, encontrando a sus pies el Monasterio de San Ginés de la Jara y en sus alturas varios eremitorios (donde los ermitaños se retiraban a orar). Las islas del Mar Menor han tenido usos recreativos fundamentalmente, aunque no está permitido visitar dichas islas.