El conjunto de ermitas del Calvario de Lorca es de los más singulares de nuestra Región tanto por su antiguedad como por su configuración.
Planteado por los franciscanos a comienzos del siglo XVII, iba desde la puerta de San Francisco hasta un cerro cercano componiendo un remede de la Via Dolorosa de Jerusalén que propiciaba un peregrinaje de sustitución para aquellos cristianos que no se pudieron desplazar a Tierra Santa.
Las sencillas cruces de hierro que señalaban las estaciones fueron sustituidas a finales del siglo XVII y comienzos del XVIII por pequeñas capillas con altares decorados con escenas del momento de la Pasión a que correspondían.
La ermita mayor es la que concitó mayor interés en cuanto a su decoración. Allí se encontraba el Cristo de la Misericordia, obra de Bussy destruida en la guerra civil, y todavía persiste el retablo labrado por Agustín López en 1714 y la decoración del camaraín realizada por Jerónimo Martínez entre 1769 y 1772.
En Semana Santa tienen lugar los Viacrucis organizados por el Paso Morado.